Tras tres días de puro infierno en la tierra en los que las llamas parecían comerse los montes gallegos, la Comunidad puede al fin respirar en calma, después de que Medio Rural confirmase este sábado que no se detectaron nuevos focos y la estabilización de los dos últimos incendios activos . Concretamente, siguen ardiendo el que afecta al municipio de Trabada y los cuatro focos originados en Foz, que entre los dos llevan calcinadas más de 1.430 hectáreas de la provincia de Lugo.
Galicia no veía un octubre con tantos incendios desde 2017, pero esta vez no fue a causa de unos fuegos que cruzaron desde Portugal, sino de la mano de un «grupo de desalmados», como los llamó el conselleiro de Medio Rural, José González, que optaron por prender el monte ante la previsión de lluvias por la llegada del mal tiempo. Una oleada de fuegos provocados que comenzó el miércoles, en víspera del puente del Pilar, que amenazaba con traer definitivamente el otoño meteorológico a la Comunidad. El tiempo anómalamente veraniego de las dos primeras semanas de octubre sumado a los fuertes vientos de borrasca, convirtieron a los montes gallegos en el ‘caldo de cultivo’ perfecto para las llamas, que devoraron cerca de 2.000 hectáreas. En total, se registraron seis incendios de grandes dimensiones y otros tantos conatos en regiones de toda la comunidad, como Muxía, Muras o Ponteceso.
Medio Rural confirmó desde un primer momento que «detrás de estos incendios está la mano del hombre» puesto que muchos empezaron de noche y en múltiples focos simultáneos. Es el caso del de Foz, que se originó en 4 puntos diferentes del municipio muy próximos entre si que aún estaban ardiendo durante la jornada de ayer. Algo similar aconteció en el municipio de Trabada, donde si bien el incendio comenzó la tarde del jueves, a lo largo de la noche fueron apareciendo focos secundarios con hasta dos kilómetros de distancia y próximos a vías de monte.
Afortunadamente la llegada del mal tiempo ha servido para disuadir a posibles incendiarios, ya que desde el viernes la comunidad no ha registrado nuevos focos, según confirmaron este sábado fuentes de Medio Rural a ABC. Además, aunque no trascendió que se produjese ningún arresto, las investigaciones para esclarecer los hechos y dar con los responsables continúan en marcha, para lo que la consellería pidió la colaboración de la ciudadanía.
La situación mejora
Orense y Lugo fueron las provincias más afectadas, y en esta última este sábado aún seguían ardiendo los dos incendios activos restantes. El de mayores dimensiones de esta última oleada de fuegos, que comenzó en el municipio de Trabada la tarde del jueves y calcinó al menos 1.200 hectáreas, fue estabilizado sobre las 13:16 horas. Con todo, al tratarse de un fuego «complejo y abierto» y de grandes dimensiones, Medio Rural espera poder extinguirlo a lo largo de la jornada del domingo, en parte gracias a las lluvias previstas de manera generalizada para toda la Comunidad que «ayudarán a que no haya reproducciones». Además, ya el viernes dejó de ser una amenaza para los núcleos urbanos más próximos, por lo que se deshabilitó la Situación 2 activada el jueves por la tarde, y también se retomó el tráfico en la autovía A-8, cortada por el humo.
Por su parte, los cuatro fuegos activos en el ayuntamiento de Foz, muy próximo al de Trabada, pasaron a estar bajo control también ayer al mediodía, después de su estabilización por la mañana. Según las primeras estimaciones provisionales, este afectó a unas 230 hectáreas, aunque aún es preciso esperar a los datos definitivos una vez los técnicos puedan acceder a la zona para evaluar los daños.